¡Última hora!

                  Hola amigos y amigas del Diario de 2ºB. Hace tiempo que no contamos nuestras aventuras, nuestras vivencias, nuestro día a día…, lo echábamos de menos al igual que vosotros. Pues esta semana hemos realizado dos actividades. La primera aventura la realizamos ayer miércoles. Fuimos en tranvía a Torre del Mar, concretamente a la Iglesia San Andrés, para disfrutar de un breve concierto de música ofrecido por alumnos y alumnas del conservatorio de música. Los instrumentos empleados eran de cuerda (violín, viola…) y viento (flautas). Por cierto, una amiga nuestra del cole tocaba con este grupo la flauta travesera, y muy bien, dicho sea de paso.

 

             Nos comentaron que a partir de los ocho años podemos solicitar una plaza en el conservatorio y aprender un lenguaje universal, como es la música. Voy a pedirles a mis padres que me apunten, y a ver si para el próximo concierto, después de mucho esfuerzo, formo parte de este magnífico grupo de músicos. ¡Qué gran ilusión!

               Y la segunda aventura la hemos realizado hoy, visita a “Bioparc Fuengirola” junto con los compañeros de Primero y Segundo del cole. Para ello, nos hemos convertidos en grandes exploradores y exploradoras, con nuestro kit de aventureros (gorra, bocadillo, agua, alguna que otra golosina, bloc de notas, lápiz para anotar, cámaras de fotos…). Al llegar a Fuengirola nos dividieron en tres grupos, con una monitora cada uno, que nos guiaba por la selva repleta de peligros. Hemos visto muchas clases de animales: Flamenco Rosa, Cocodrilo Pinocho, Grulla Coronada, Loro Eclético, es decir, muchas especies de aves, mamíferos, peces, reptiles y anfibios en sus diferentes hábitat. Nuestra guía nos contaba muchas curiosidades de cada una de las especies que hemos visto. Hemos disfrutado también de una exhibición que nos acercaba un poco más a los animales de los bosques tropicales como armadillos, mapaches, nutrias o diferentes aves.

               Surgió un pequeño problemilla… bueno, mejor dicho, un gran problema por el tamaño del “profe”. Cuando nos disponíamos a entrar en la sala de los murciélagos, nuestro maestro nos dijo que nos esperaba a la salida. Tuvimos que cogerle de la mano para tranquilizarle y convencerle de que estos animalitos se alimentaban sólo de frutas. Al final superó todas sus preocupaciones.

               ¡Qué gran aventura! Pero a partir de ahora tenemos que centrarnos en las tareas escolares y realizarlas todas muy bien. Seguro que habrá más aventuras por vivir en un futuro próximo y estaremos ahí para contarlas.